10 cosas que cambiaron mi vida este año
Diez lecciones valiosas que aprendí en los momentos más difíciles, y te pueden servir también.
Me pasaron tantas cosas este año y tengo tanto nuevo para compartir que no sé por dónde empezar (ni cómo terminar). Así que como mi nuevo-viejo mantra es Simple is beautiful, voy a ir cortito y al pie con las cosas que aprendí este año y que me trajeron hasta acá, a esta nueva, y más auténtica, versión de mí.
Ojalá te sirvan un poquito.
1. No le debés a nadie tu versión pasada de vos misma
Esto parece muy básico pero no lo es. A veces pensamos que necesitamos seguir demostrando que somos las mismas personas que antes, que no cambiamos tanto, que en esencia somos iguales, y terminamos traicionando nuestras nuevas versiones solo para mantener el status quo y que “nos sigan queriendo igual”. Pero la realidad es que no le debés tu pasado a nadie, y no deberías hacer nada que no esté en sintonía con lo nuevo solo para dejar a todo el mundo tranquilo. No te traiciones, no te abandones. Quien lo entienda bien, quien no también.
2. Nunca te vas a sentir con ganas de hacer lo que tenés que hacer
Creer que tiene que llegar el día en el que te sientas con energía, disponibilidad mental, ganas, interés, motivación para hacer eso que querés hacer pero postergás hace siglos es una ilusión más grande que una casa. Como compartí en este correo, la motivación no importa. Tenés que forzarte a hacer lo que tenés que hacer, y podés hacerlo con amor. No se trata de exigencia mortal sino de disciplina. Cuando menos te des cuenta, lo que odiabas hacer las primeras treinta veces ya es un hábito tan simple como lavarte los dientes o respirar.
3. El amor manda
All you need is love? Sí, pero no solo para los demás sino sobre todo para vos misma. Esto es lo más importante que aprendí este año. Y aunque en la teoría suena muy woo woo bullshit, en la práctica es muuuuucho más difícil e importante de lo que suena. Amarse a una misma es fácil cuando te está yendo bien, cuando te salen las cosas, cuando hacés lo que tenías planeado hacer. Lo complicado es amarte cuando te equivocaste, cuando metiste la pata, cuando dejaste para mañana todo lo que podrías haber hecho ayer. Ahí lo más fácil es castigarte, hablarte con odio, autoexigirte y criticarte. Y, sin embargo, ese es el momento en el que más necesitás hablarte con amor. ¿Cómo hacerlo? Bueno, me pasé los últimos meses creando un método para lograrlo. Pero podés empezar por escribirte una carta de amor todos los días, decirte al espejo que te amás (sí, así de cringe como suena) o suavizar tu diálogo interno para no decirte “qué boluda” cada vez que metés la pata.
4. Protegé tu soledad como un fuerte
Porque es el único lugar en el que podés escucharte de verdad, en el que podés reubicarte, en el que podés descansar del ruido externo y saber qué es lo que en serio te pulsa. No necesitás un retiro de 30 días (aunque a todo el mundo le vendría bárbaro) sino un rato todos los días. A la noche, a la mañana, en algún momento robado, aunque sea media hora. Sin celular, sin estímulos, sin otras personas. Tiempo de soledad para estar con vos. Hablé de la “solitude deprivation” o privación de la soledad en la que vivimos en esta era en este correo.
5. Curiosidad + acción = confianza
Tener interés por algo y ponerte en marcha para crear algo nuevo sobre eso te lleva sin escalas a construir más confianza en vos misma. Lo veo en mis acompañamientos de proyectos todo el tiempo. La confianza se construye en la acción, acompañando una motivación personal de descubrir algo nuevo, sobre el mundo o sobre vos misma. Sin acción hay desconfianza, hay parálisis, hay dudas, hay desinterés, hay abulia. Sin curiosidad también. Es en la combinación donde sucede la magia.
6. Tu energía no es infinita
En mi caso este fue uno de los temas de mi año porque debido a mi neurodivergencia tuve que aprender a cuidar muy bien a qué le dedico mi tiempo, mi energía y mi foco para no quemarlo, desgastarlo o drenarme, pero, en mayor o menor medida, a todas las personas les pasa lo mismo. Tu energía no es infinita, y por eso tenés que ser muy consciente de a qué se la dedicás. ¿Te pasás toda la mañana respondiendo a pedidos de otros y te quedas sin tiempo para los tuyos? ¿Te juntás con personas que ya sabes que te queman y después te castigas por no tener más energía? ¿Dejás tu autocuidado para la última hora del día y no llegás a hacer nada de lo que querías? Estás desperdiciando tu tiempo, tu energía y tu vida. Aprender a regular tu energía es la clave de una vida alineada y auténtica, y es el pilar en el que se basan la empatía y la generosidad (y no al revés), y debería ser tu prioridad.
7. La belleza te puede salvar
Una y otra vez vuelvo acá (y ahora mi newsletter se llama así, Belleza que salva) porque es una de las cosas que más me protegió y me trajo hasta donde estoy hoy este año, y muchos otros. No hablo de belleza perfecta, superficial o maniquea, hablo de belleza profunda, esa que atraviesa, que conmueve, que impacta. Hablo de un poema que te deja en carne viva, de una película que te hace llorar, de una flor que te emociona de solo mirarla, de un abrazo largo de un amigo, de una cara llena de arrugas que te muestra que la vida fue bien vivida. Esa belleza te salva y te puede aliviar al menos un ratito tu momento de oscuridad. Cuanta más belleza de esa puedas ponerle a tus días, más vas a sentir que la vida vale.
8. La comunidad te puede llevar lejos
Puede ser tu vecindad, el cole al que van tus hijes, tu grupo de amigues más viejo, un club de cerámica, un taller al que te sumaste sin saber qué iba a pasar, una nueva amiga que te hiciste de grande, una membresía virtual, un retiro de yoga, lo que sea. Puede ser micro o gigante, pero lo necesitás, y vas a llegar mil veces más lejos a lo que querés si te rodeás de las personas correctas. Este año formé parte de comunidades maravillosas, y no tengo dudas de que fue una de las cosas que más apalancó mi vida. Talleres, retiros, vecines, comunidades creativas, membresías, cursos, acompañamientos, amistades profundas. Rodearte de personas diversas y compartir intereses es de las cosas más transformadoras, y te va a llevar adonde quieras ir.
9. La magia está en todas partes
Mi camino espiritual empezó hace casi diez años, y ahora es una parte fundamental y poderosa de mi existencia. Aprender a prestar atención a las señales fue uno de los aprendizajes más importantes de mi vida, y darme cuenta de que no necesito ir muy lejos para poder escuchar(me) fue uno de los insights que me dejó este año. Cuando conectás con la magia que te habita te das cuenta de que podés acceder a ella en cualquier momento, no solo cuando estás siendo guiada por otros (ya sean terapeutas, maestrxs, coachs, etc.). En mi caso, la escritura, los oráculos, el arte y la meditación son los espacios en los que más fácilmente me acerco a esa fuente, pero hay miles, solo tenés que probar a ver cuáles son los tuyos.
10. Confiá en la primavera (una vez más)
Hablé de esto en los aprendizajes del año pasado, y una vez más me sirvió de guía este año. A veces no ves la salida, no podés ver la luz al final del camino, o estás tan metida en la deep shit que cualquier atisbo de luz te enceguece y te agobia. Ese es el momento de confiar aun más en lo que estás sembrando, porque va a florecer, aunque tarde. La primavera se crea durante todo el año en la oscuridad, y solo durante unos meses florece y maravilla. A veces solo hay que confiar en que la flor que regaste y regaste y regaste algun día va a florecer. Eso sí, si no la regás, si no la cuidás, si no hacés nada para que esa primavera exista en vos, seguro que no la vas a ver.
Me encantaría conocer tus aprendizajes del año. ¿Te animás a hacer el ejercicio de escribirlos y compartírmelos? Podés dejarlos en comentarios en Substack (esta plataforma desde la que te envío correos si te hacés una cuenta) o mandármelos por correo a barencolores@gmail.com Puede ser algo muy muy breve.
Gracias por acompañarme este año desde acá. Te dejo mis posts más leídos del año, por si no llegaste a verlos:
Si te sirvió de algo lo que escribí y compartí este año también me gustaría saberlo. Escribime, dejame un comentario o compartí esta publicación con alguien a quien creas que le pueda servir.
Que el 2025 nos trate bien. Nos vemos por acá.
Con amor,
Bar
Hermoso leerte.
Gracias
1. Aceptar que la vida es finita
2. Aprender a conectar de nuevas formas con quienes quiero.
3. Cuidar lo q me sostiene
4. Confiar más en mí
5. Creerme en mi magia
6. Hacer con disfrute
7. Jugar más
8. Volver a lo simple
9. Celebrar la vida
10. Cuidar y honrar mi proceso
Me quedo pensando en varios, pero el 4 me llegó como un flechazo, de inmediato. Feliz año, Bar ✨