¿Cómo sería el mundo si todas nos animáramos a crear arte, a mostrarlo, a escribirlo, a compartirlo? Vamos a construirlo. Edición #39 de Belleza que salva.
Cómo sería el mundo si todas nos animáramos a crear arte?
Pienso en esta pregunta y me digo a mí misma, pero si yo no soy artista. No estudie arte ni trabajo de artista. Sin embargo me encanta crear, disfruto las creaciones de otres, me interpela, me sana, me cuestiona el arte. Y también hago mis creaciones, que son parte de mí vida cotidiana. Elegir los colores para pintar un mueble, hace un arreglo con plantas, bordar el nombre de mí hija es su delantal, tejer una zanahoria al crochet, decorar mí cuaderno con colores. Si todas nos animaramos a, primero reconocer que ya creamos en lo cotidiano, y luego a hacer crecer ese arte y mostrarlo, el mundo sería más hermoso pero también más realista. Conocer el arte de todas las mujeres llevaría a la esfera pública esos mundos internos que suelen estar ocultos, invisibles. Y que nos llevan a tener una idea de la vida de esas mujeres irreal, incompleta. Si el arte se compartiera podríamos vernos unas a otras y reconocernos en las demás. Sería un mundo más hermanado.
Nos levantaríamos a la mañana y vibraríamos esperando abrir un mensaje de una amiga con su nueva idea. Nos tomaríamos un café sintiendo bien en el pecho el fragmento de la historia que escribió una y alucinando con el autorretrato que hizo la otra. Todos los colores del arcoíris serían siempre parte de nuestros días únicos y maravillosos. Nos acompañaríamos para que los dolores que nos perturban sean un poco menos dolorosos. Pondríamos en palabras y en trazos y en música lo que nos pasa y eso inspiraría las tardes de nuestros días. Caminaríamos por las calles buscando la belleza en las pequeñas cosas. No le tendríamos miedo a fracasar. Lo más chiquitito sería un motivo para celebrarnos siempre.
Por mi parte todo el tiempo estoy haciendo listas de proyectos que quiero crear, eso me mantiene siempre encendida. Me apasionan los recuerdos, las fotos y los tesoros de la infancia. Escribo un poco sobre esto en mi newsletter lostesoros.substack.com. Materno a Manu y eso también siento y que es un acto de creatividad continua y maravillosa. Hablo mucho con amigas y nos acompañamos en todo lo que podemos. Trato de ser mi mejor versión posible todos los días.
¿Cómo sería el mundo si todas nos animáramos a crear arte, a mostrarlo, a escribirlo, a compartirlo?
Pienso en el universo de ficción que he creado y mantenido por 19 años... justo este año mi proyecto transmedia narrativo y del que nace el acompañamiento que hago cumple 19 años este año y estoy en proceso de reconocer el propio camino para celebrarlo con las demás personas que han sido parte y a quienes he podido ayudar desde la ficción y guíando historias.
Recuerdo a mi yo de 18 años que lo inició recién salió del closet y quería salvar el mundo compartiendo sus historias, la abrazo. Tu pregunta detona, la pregunta ¿cuánto nos cuesta reconocer el camino? Sería lindo acompañarse a florecer.
Siento que esa Clem/Juliana respondería a esa pregunta así:
"Si todas nos animáramos a crear arte, escribir, compartir… el mundo sería un lugar más caótico, más honesto y definitivamente más divertido.
🔥 Para empezar, nadie se guardaría sus ideas por miedo al qué dirán. Sería normal mandar textos a las 3 a. m. con "un no sé qué es esto, pero lo escribí, léelo" y recibir un "¡uff, lo amo, hagamos algo con esto!" en respuesta.
📖 Las historias serían más diversas, más reales y más nuestras. No tendríamos que ver otra película con personajes queer escritos por gente que nunca ha salido con alguien de su mismo género. Habría más brujas modernas, más heroínas imperfectas, más chicas raras que no quieren ser corregidas.
💡 El perfeccionismo se iría al carajo. Escribiríamos, dibujaríamos, filmaríamos sin pedir permiso, sin esperar a que “sea lo suficientemente bueno”. Porque lo bueno sería hacerlo, punto.
🎭 Habría menos máscaras y más performance honesta. La gente se permitiría ser vulnerable sin tanto rollo. No para volverse un personaje trágico, sino porque contar nuestras historias nos conecta en serio.
🌊 Las redes sociales no serían solo vitrinas, sino fogatas. Espacios donde compartimos lo que hacemos y encontramos a nuestras tribus creativas. Nos dejaríamos de joder con el algoritmo y haríamos lo que queremos hacer.
💜 En resumen: el mundo sería más nuestro. No tendríamos que justificar por qué creamos. Simplemente lo haríamos. Y con eso, armaríamos un universo donde la ficción no solo nos salva, sino que nos permite ser más nosotras que nunca.
Y si me preguntas… creo que ya lo estamos haciendo. 🔥
Que hermoso sería un mundo donde las mujeres nos animáramos a florecer, a crear a partir de lo que pensamos, lo que sentimos, lo que nos atraviesa el cuerpo y el alma. Sería un mundo conectado con la intuición, con la sensibilidad y la empatía, un mundo donde la autenticidad nos acerca más como seres humanos, donde podamos tejer comunidades conscientes para crecer juntas, donde el arte no es solo una cuestión de élites sino una necesidad humana de expresión y que con miedo y todo nos arriesguemos a expresar eso que palpita en nuestros corazones y en nuestros cuerpos. Un mundo donde comprenderíamos el valor del cuidado, donde la maternidad y la paternidad se vivan en compañía, en equipo. Yo creo escribiendo en mis diarios desde que tengo memoria, llevando un registro de mis sentires y pensamientos, de mis vivencias como mujer y ahora como madre. Creo relatos escritos y sonoros donde escucho las historias de otras mujeres relacionadas con la maternidad y con sus momentos de quiebre, sus puntos blandos, para amplificar esas voces y acercarnos con empatía pues la experiencia de las otras es también la experiencia de todas o más bien conocer esas historias le apunta a algo en cada una que se transforma. Juego con el color en mis libretas y a veces, cuando me animo, en telas y canvas. También creo imágenes audiovisuales, videopoemas y me gusta recopilar imágenes de archivo para resignificarlas en la edición y crear pequeños documentales familiares. Me encanta leer a otras mujeres y alimentar el alma con las sensaciones que han plasmado las mujeres en libros, canciones, cine y pinturas.
De una potencia infinita! Cada día estoy más convencida que lo sutil, la exploración, la presencia y el desparpajo que nos conecta con la niñez y el juego es lo que nos podrá reconectar con lo creativo-artístico. vamos por ello!
Creo que sería un mundo más auténtico y seguramente menos capitalista. Podríamos ver más del otro, compartir otras experiencias, ser más nosotros mismos porque el arte nos libera y nos conecta con nuestra esencia. Yo veo algunos de estos cambios en gente que conozco y quiero y me encantaría que todos se den esa oportunidad.
Siento que sería menos hostil y competitivo, más sororo y fraterno, lleno de belleza espontánea sin miedo a ser “robada”, porque todas estaríamos en permanente flujo creativo compartido. Como un manantial inagotable.
Yo empecé a dar un taller gratuito de mi oficio (encuadernadora) con el enfoque creativo y sensitivo/sensible con el que lo vivo. Estaba orientado a mujeres, pero se acercaron hombres también y en ese compartir surgen cosas muy hermosas. Siento que puedo darme toda, sin retacearme y que llegara lo que tenga que llegar independientemente del contexto. Lo que tengo que compartir es valioso en cuánto es genuino. La técnica y el oficio es una excusa para encontrarnos, descubrirnos y tejer red usando el arte como medicina.
Si todas nos animáramos a crear, a mostrar, a compartir, seria el mundo de nuestras voces, nuestras formas, nuestras historias. El cuarto propio que anheló Virginia habría llegado. Por todas. Es ahora. No es perfecto, es hecho. ¿Podrá ser esta vez?
Quiero co-crear un universo de mujeres conscientes, sensibles y empoderadas (que entendamos que esos dos últimos adjetivos no son opuestos), que vayamos conectando (o re-conectando) con nuestro cuerpo y sus posibilidades de movimiento a través de la exploración, (involucrando cuerpo físico, mental, emocional, energético y espiritual), que nos sintamos acompañadas a concretar cada objetivo y meta que tengamos. Que entendamos que, en colectiva, todo es posible. Un mundo de mujeres creadoras que practiquen yoga, tantra y/o cualquier disciplina de movimiento consciente que las re-conecte con su centro, su esencia más luminosa. Mujeres que se sostienen e integran la escritura como herramienta para ir registrando lo que van sintiendo con lo que se va compartiendo en el espacio- tiempo con las demás.. Que vayan descubriendo y compartiendo su experiencia al conectar con el cuerpo, la respiración y la energía de los chakras, que sean abiertas a compartir sus sentires a medida que van avanzando y profundizando en la práctica, en su autoconocimiento y en la consecuente concreción de nuevos objetivos y horizontes. Un espacio de inspiración y goce.
Me imagino un mundo de mujeres conscientes, conectadas con la madre tierra y sus frutos, para cuidarlos, compartirlos y recuperarlos. Para frenar la explotación. Mujeres conectadas con las energías del universo, con la astrología como lenguaje. Que podamos ser conciencia colectiva de mujeres poderosas que creen y crean que un mundo más poético y sensible y menos mental y operativo, es posible y realizable.
Que podamos ser refugio creativo entre nosotras, que podamos volver a conectar con el cuerpo y que eso nos permita expandirnos, expresarnos y animarnos a más. Mujeres conectadas con las energías del universo, conectadas con la astrología como lenguaje. Que podamos ser conciencia colectiva de mujeres poderosas que creen y crean que un mundo más poético y sensible y menos mental y operativo, es posible.
¿Cómo sería el mundo si todas nos animáramos a crear arte, a mostrarlo, a escribirlo, a compartirlo?
Sería un mundo más divertido, donde no tendríamos miedo a mostrarnos vulnerables, mostraríamos nuestra autenticidad ya que el arte nos ayuda a mostrarnos, a soñar, a pedir, a demandar nuestro espacio.
Donde veríamos no solo la creación a través del “arte” sino a que somos seres creadoras en todas sus formas.
Habría más sensibilidad y apoyo entre nosotras porque el arte justo nos ayuda a tocar nuestros corazones y quitarnos esos caparazones que nos hemos puesto a lo largo de nuestra vida por miedo a mostrarnos.
Sería un mundo más bonito donde mostraríamos todo nuestro poder y naturaleza creadora
Leerte se siente como el rayo de sol que entra por la ventana de mi estudio en un rato de mi día dedicado 100% a mi arte. Así quisiera que se sienta cada mujer, con una chispa encendida y con la pulsión por expresarse de la forma más auténtica posible. Hasta ahora mi expresión -multipotencial- viene tomando forma de libros, ilustraciones y contenido, e intenciono que este año sea en forma de expo✨
Una gran pregunta la tuya Bárbara con múltiples respuestas.
Pienso que el eco de belleza que tendría el mundo si las mujeres creamos más, nos amamos más, el eco en los ojos de las amigas, de los hijos , de los amantes, de las plantas y flores que se multiplican igual que la voluntad y el deseo.
Deseo de ser y hacer que alimenta y enciende cada micro mundo, familia, hogar, ciudad
Cómo sería el mundo si todas nos animáramos a crear arte?
Pienso en esta pregunta y me digo a mí misma, pero si yo no soy artista. No estudie arte ni trabajo de artista. Sin embargo me encanta crear, disfruto las creaciones de otres, me interpela, me sana, me cuestiona el arte. Y también hago mis creaciones, que son parte de mí vida cotidiana. Elegir los colores para pintar un mueble, hace un arreglo con plantas, bordar el nombre de mí hija es su delantal, tejer una zanahoria al crochet, decorar mí cuaderno con colores. Si todas nos animaramos a, primero reconocer que ya creamos en lo cotidiano, y luego a hacer crecer ese arte y mostrarlo, el mundo sería más hermoso pero también más realista. Conocer el arte de todas las mujeres llevaría a la esfera pública esos mundos internos que suelen estar ocultos, invisibles. Y que nos llevan a tener una idea de la vida de esas mujeres irreal, incompleta. Si el arte se compartiera podríamos vernos unas a otras y reconocernos en las demás. Sería un mundo más hermanado.
Y como decís Bar, vamos a construirlo ❤️❤️❤️☺️
Nos levantaríamos a la mañana y vibraríamos esperando abrir un mensaje de una amiga con su nueva idea. Nos tomaríamos un café sintiendo bien en el pecho el fragmento de la historia que escribió una y alucinando con el autorretrato que hizo la otra. Todos los colores del arcoíris serían siempre parte de nuestros días únicos y maravillosos. Nos acompañaríamos para que los dolores que nos perturban sean un poco menos dolorosos. Pondríamos en palabras y en trazos y en música lo que nos pasa y eso inspiraría las tardes de nuestros días. Caminaríamos por las calles buscando la belleza en las pequeñas cosas. No le tendríamos miedo a fracasar. Lo más chiquitito sería un motivo para celebrarnos siempre.
Por mi parte todo el tiempo estoy haciendo listas de proyectos que quiero crear, eso me mantiene siempre encendida. Me apasionan los recuerdos, las fotos y los tesoros de la infancia. Escribo un poco sobre esto en mi newsletter lostesoros.substack.com. Materno a Manu y eso también siento y que es un acto de creatividad continua y maravillosa. Hablo mucho con amigas y nos acompañamos en todo lo que podemos. Trato de ser mi mejor versión posible todos los días.
Un mundo de la posibilidad,
del ensueño,
de las rondas,
de los papeles de colores, tejeras y pegamento,
un mundo donde escribirnos cartas de amor,
reírnos más,
gozar más,
llorar más,
salir más.
No darle tanta importancia y peso a las cosas que no lo tienen,
un mundo donde vivir más ligeritas y tranquilas...
¿Cómo sería el mundo si todas nos animáramos a crear arte, a mostrarlo, a escribirlo, a compartirlo?
Pienso en el universo de ficción que he creado y mantenido por 19 años... justo este año mi proyecto transmedia narrativo y del que nace el acompañamiento que hago cumple 19 años este año y estoy en proceso de reconocer el propio camino para celebrarlo con las demás personas que han sido parte y a quienes he podido ayudar desde la ficción y guíando historias.
Recuerdo a mi yo de 18 años que lo inició recién salió del closet y quería salvar el mundo compartiendo sus historias, la abrazo. Tu pregunta detona, la pregunta ¿cuánto nos cuesta reconocer el camino? Sería lindo acompañarse a florecer.
Siento que esa Clem/Juliana respondería a esa pregunta así:
"Si todas nos animáramos a crear arte, escribir, compartir… el mundo sería un lugar más caótico, más honesto y definitivamente más divertido.
🔥 Para empezar, nadie se guardaría sus ideas por miedo al qué dirán. Sería normal mandar textos a las 3 a. m. con "un no sé qué es esto, pero lo escribí, léelo" y recibir un "¡uff, lo amo, hagamos algo con esto!" en respuesta.
📖 Las historias serían más diversas, más reales y más nuestras. No tendríamos que ver otra película con personajes queer escritos por gente que nunca ha salido con alguien de su mismo género. Habría más brujas modernas, más heroínas imperfectas, más chicas raras que no quieren ser corregidas.
💡 El perfeccionismo se iría al carajo. Escribiríamos, dibujaríamos, filmaríamos sin pedir permiso, sin esperar a que “sea lo suficientemente bueno”. Porque lo bueno sería hacerlo, punto.
🎭 Habría menos máscaras y más performance honesta. La gente se permitiría ser vulnerable sin tanto rollo. No para volverse un personaje trágico, sino porque contar nuestras historias nos conecta en serio.
🌊 Las redes sociales no serían solo vitrinas, sino fogatas. Espacios donde compartimos lo que hacemos y encontramos a nuestras tribus creativas. Nos dejaríamos de joder con el algoritmo y haríamos lo que queremos hacer.
💜 En resumen: el mundo sería más nuestro. No tendríamos que justificar por qué creamos. Simplemente lo haríamos. Y con eso, armaríamos un universo donde la ficción no solo nos salva, sino que nos permite ser más nosotras que nunca.
Y si me preguntas… creo que ya lo estamos haciendo. 🔥
Como en Toda una vida de ficción, donde a pesar del miedo me lanzo a escribir y retar a otrxs: https://clemsinoxigeno.substack.com/p/episodio-1-la-queen-de-la-nada
Que hermoso sería un mundo donde las mujeres nos animáramos a florecer, a crear a partir de lo que pensamos, lo que sentimos, lo que nos atraviesa el cuerpo y el alma. Sería un mundo conectado con la intuición, con la sensibilidad y la empatía, un mundo donde la autenticidad nos acerca más como seres humanos, donde podamos tejer comunidades conscientes para crecer juntas, donde el arte no es solo una cuestión de élites sino una necesidad humana de expresión y que con miedo y todo nos arriesguemos a expresar eso que palpita en nuestros corazones y en nuestros cuerpos. Un mundo donde comprenderíamos el valor del cuidado, donde la maternidad y la paternidad se vivan en compañía, en equipo. Yo creo escribiendo en mis diarios desde que tengo memoria, llevando un registro de mis sentires y pensamientos, de mis vivencias como mujer y ahora como madre. Creo relatos escritos y sonoros donde escucho las historias de otras mujeres relacionadas con la maternidad y con sus momentos de quiebre, sus puntos blandos, para amplificar esas voces y acercarnos con empatía pues la experiencia de las otras es también la experiencia de todas o más bien conocer esas historias le apunta a algo en cada una que se transforma. Juego con el color en mis libretas y a veces, cuando me animo, en telas y canvas. También creo imágenes audiovisuales, videopoemas y me gusta recopilar imágenes de archivo para resignificarlas en la edición y crear pequeños documentales familiares. Me encanta leer a otras mujeres y alimentar el alma con las sensaciones que han plasmado las mujeres en libros, canciones, cine y pinturas.
Iba a escribir algo muy creativo y no me animé, pero me quedo pensando en ese mundo donde sí me animo, donde nos animamos todas.
De una potencia infinita! Cada día estoy más convencida que lo sutil, la exploración, la presencia y el desparpajo que nos conecta con la niñez y el juego es lo que nos podrá reconectar con lo creativo-artístico. vamos por ello!
Creo que sería un mundo más auténtico y seguramente menos capitalista. Podríamos ver más del otro, compartir otras experiencias, ser más nosotros mismos porque el arte nos libera y nos conecta con nuestra esencia. Yo veo algunos de estos cambios en gente que conozco y quiero y me encantaría que todos se den esa oportunidad.
Siento que sería menos hostil y competitivo, más sororo y fraterno, lleno de belleza espontánea sin miedo a ser “robada”, porque todas estaríamos en permanente flujo creativo compartido. Como un manantial inagotable.
Yo empecé a dar un taller gratuito de mi oficio (encuadernadora) con el enfoque creativo y sensitivo/sensible con el que lo vivo. Estaba orientado a mujeres, pero se acercaron hombres también y en ese compartir surgen cosas muy hermosas. Siento que puedo darme toda, sin retacearme y que llegara lo que tenga que llegar independientemente del contexto. Lo que tengo que compartir es valioso en cuánto es genuino. La técnica y el oficio es una excusa para encontrarnos, descubrirnos y tejer red usando el arte como medicina.
Si todas nos animáramos a crear, a mostrar, a compartir, seria el mundo de nuestras voces, nuestras formas, nuestras historias. El cuarto propio que anheló Virginia habría llegado. Por todas. Es ahora. No es perfecto, es hecho. ¿Podrá ser esta vez?
Quiero co-crear un universo de mujeres conscientes, sensibles y empoderadas (que entendamos que esos dos últimos adjetivos no son opuestos), que vayamos conectando (o re-conectando) con nuestro cuerpo y sus posibilidades de movimiento a través de la exploración, (involucrando cuerpo físico, mental, emocional, energético y espiritual), que nos sintamos acompañadas a concretar cada objetivo y meta que tengamos. Que entendamos que, en colectiva, todo es posible. Un mundo de mujeres creadoras que practiquen yoga, tantra y/o cualquier disciplina de movimiento consciente que las re-conecte con su centro, su esencia más luminosa. Mujeres que se sostienen e integran la escritura como herramienta para ir registrando lo que van sintiendo con lo que se va compartiendo en el espacio- tiempo con las demás.. Que vayan descubriendo y compartiendo su experiencia al conectar con el cuerpo, la respiración y la energía de los chakras, que sean abiertas a compartir sus sentires a medida que van avanzando y profundizando en la práctica, en su autoconocimiento y en la consecuente concreción de nuevos objetivos y horizontes. Un espacio de inspiración y goce.
Me imagino un mundo de mujeres conscientes, conectadas con la madre tierra y sus frutos, para cuidarlos, compartirlos y recuperarlos. Para frenar la explotación. Mujeres conectadas con las energías del universo, con la astrología como lenguaje. Que podamos ser conciencia colectiva de mujeres poderosas que creen y crean que un mundo más poético y sensible y menos mental y operativo, es posible y realizable.
Que podamos ser refugio creativo entre nosotras, que podamos volver a conectar con el cuerpo y que eso nos permita expandirnos, expresarnos y animarnos a más. Mujeres conectadas con las energías del universo, conectadas con la astrología como lenguaje. Que podamos ser conciencia colectiva de mujeres poderosas que creen y crean que un mundo más poético y sensible y menos mental y operativo, es posible.
¿Cómo sería el mundo si todas nos animáramos a crear arte, a mostrarlo, a escribirlo, a compartirlo?
Sería un mundo más divertido, donde no tendríamos miedo a mostrarnos vulnerables, mostraríamos nuestra autenticidad ya que el arte nos ayuda a mostrarnos, a soñar, a pedir, a demandar nuestro espacio.
Donde veríamos no solo la creación a través del “arte” sino a que somos seres creadoras en todas sus formas.
Habría más sensibilidad y apoyo entre nosotras porque el arte justo nos ayuda a tocar nuestros corazones y quitarnos esos caparazones que nos hemos puesto a lo largo de nuestra vida por miedo a mostrarnos.
Sería un mundo más bonito donde mostraríamos todo nuestro poder y naturaleza creadora
¿Cómo sería el mundo si todas nos animáramos a crear arte, a mostrarlo, a escribirlo, a compartirlo?
Creo que sería un mundo lleno de mágicas posibilidades y nuevas realidades donde la competencia le abre paso a la inspiración y colaboración 💜
Leerte se siente como el rayo de sol que entra por la ventana de mi estudio en un rato de mi día dedicado 100% a mi arte. Así quisiera que se sienta cada mujer, con una chispa encendida y con la pulsión por expresarse de la forma más auténtica posible. Hasta ahora mi expresión -multipotencial- viene tomando forma de libros, ilustraciones y contenido, e intenciono que este año sea en forma de expo✨
Una gran pregunta la tuya Bárbara con múltiples respuestas.
Pienso que el eco de belleza que tendría el mundo si las mujeres creamos más, nos amamos más, el eco en los ojos de las amigas, de los hijos , de los amantes, de las plantas y flores que se multiplican igual que la voluntad y el deseo.
Deseo de ser y hacer que alimenta y enciende cada micro mundo, familia, hogar, ciudad
Imagino que seria mas fluido, mas empatico, con más colores, mas amor, mas sostén, mas comunidad, mas aliadas.
Las paredes con frases y dibujos hermosos
seres más amables, alegres, honesto, más creativos...
Mas justo, más equitativo en tiempos, economias, espacios y tareas de cuidades.
Gracias Bar por estos espacios del bien!<3