Quienes me conocen saben que leer es una de las cosas que nunca dejo de hacer. Los libros son mis amigos, mi compañía, mi obsesión. Me enseñan, me emocionan, me divierten, me arrullan, me iluminan. Me muestran cosas sobre mí misma y sobre otros, me abren la puerta al mundo.
Los libros, para mí, son un hogar. Los libros no hacen un hogar, son un hogar, en el sentido de lo que hacemos con una puerta, abrimos un libro y entramos. En su interior hay un espacio diferente y un tiempo diferente. También hay un calor: una chimenea. Me siento con un libro y tengo calor.
Jeanette Winterson
En 2023 leí 56 libros. Varios de esos los leí con mi hija, y los disfruté muchísimo. Leí sobre creatividad, arte, feminismo, maternidad, identidad, autoconocimiento, bienestar. En Kindle, en papel, en audio y en el celular. Leí mientras se calentaba el agua para los fideos, leí llorando, leí muerta de risa, hasta leí mientras me duchaba. Leí autobiografía, diario, ficción, ensayo, cuentos, poesía y, este año, sobre todo, libros-arte o diarios de artista.
Gracias a todas las personas y editoriales que me regalaron libros este año. No hubiera podido leer tanto sin su aporte :)
Acá una lista que no está en orden de importancia ni de lectura, sino simplemente de capricho: los diez libros favoritos que leí en 2023.
1. Entre los rotos, de Alaíde Ventura Medina
Fue el libro que más me sorprendió. Me lo encontré en una librería en México y desde el título me atrapó y me enloqueció, de maravilla y de dolor.
Una hermana encuentra una caja con fotos que guardó su hermano de la historia de ambos. Las fotos se entrelazan con las vivencias. Un padre violento, un hermano roto, una familia en pedazos, una madre depresiva, una historia de supervivencia y lo que se hace con eso. También es un glosario de palabras con historia: “Papá: a quien le debo mi obsesión por el lenguaje, porque me enseñó a odiarlo y por eso llevo toda la vida tratando de domarlo. Mamá: cualidad de esquiva, silenciosa. Mi lenguaje materno es el silencio”.
2. The Creative Act: A Way of Being, de Rick Rubin
Entender la creatividad como camino espiritual no es nuevo, pero en este libro hay algo más. Rubin le agrega una capa de entendimiento a partir de la meditación y su propia experiencia como artista y productor de música en la que busca recordar que crear es como jugar, y que todo lo que nos agobia del proceso de creación no tiene nada que ver con crear sino con buscar un resultado perfecto final que lo arruina todo.
Lo escuché en formato audiolibro narrado por el autor y le sumó mucho a la experiencia del libro. Está también en español.
3. Diario de aterrizaje, de Laura Ortiz Gómez
Un diario de re-migración: la autora vuelve a Bogotá después de haber migrado a Argentina por 8 años, casarse y divorciarse. Vuelve como extranjera de su propia ciudad, reaparece en las inmediaciones de su infancia pero con nuevos ojos, se desarma y se rearma, deja de entender, suspende el lenguaje, se pasea por él como una perra, lo vuelve elástico, se vuelve elástica ella misma. Corto y contundente. Se consigue en Argentina.
4. ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?, de Jeanette Winterson
Mi libro del año. Tiene todo lo que me enloquece y apasiona: la pasión por la literatura y la escritura, la búsqueda de la propia identidad, la maternidad y la hijidad, la locura, el dolor y el trauma, el feminismo, los libros como salvavidas, el humor, la belleza, la creatividad, la niñez. Todo escrito magistralmente y con una dosis de humor negro. Una joya que sabía que tenía que leer pero a la que no me había animado todavía.
Cuando la gente dice que la poesía es un lujo, o una opción, o para las clases medias cultas, o que no se debería leer en el colegio porque es irrelevante, o cualquiera de esas extrañas tonterías que se dicen sobre la poesía y el lugar que ocupa en nuestras vidas, sospecho que a la gente que las dice le ha ido bastante bien. Una vida dura necesita un lenguaje duro, y eso es la poesía. Eso es lo que nos ofrece la literatura: un idioma suficientemente poderoso para contar cómo son las cosas. No es un lugar donde esconderse. Es un lugar donde encontrar.
5. Las calles, de Mariana Ruiz Johnson
Un libro pequeño y sabroso, lleno de imágenes bucólicas, de pareja, de maternidad, de hijidad. Un tratado sobre el arte, la ilustración, el aburrimiento, la soledad, la magia, la belleza, la paciencia. Hermosamente contado, corto, fugaz, que te deja con ganas de más. Una ilustradora que escribe, una escritora que ilustra. Bello. Se consigue en Argentina (y en Madrid tengo otro que me mandó la editorial si alguien lo quiere!).
6. Spring cannot be cancelled, de David Hockey y Martin Gayford
Este libro es una serie de entrevistas compiladas, emails y obras del artista junto al periodista Martin Gayford durante la pandemia. Hockney derrocha todo su amor por la vida, por el arte y por el color, y nos lleva de viaje por sus días en la campiña francesa, donde vive prácticamente solo, creando y mirando por la ventana. Es como sentarse a mirarlo pintar y fumar, y comer y pintar de nuevo, escuchando lo que tiene para decir sobre el mundo. Me pareció hermoso y conmovedor. La primavera no se puede cancelar. No, que no se cancele.
7. Hermana otra, de Audre Lorde
Qué bomba Lorde. Siempre. Qué alegría que la editorial española Horas y Horas lo haya publicado este año en español (no conseguí la tapa en digital).
Algunos de sus ensayos clásicos que están en este libro: La poesía no es un lujo, Hermana otra, Transformación del silencio en lenguaje y acción, Usos de lo erótico: lo erótico como poder.
8. Cómo no hacer nada, de Jenny Odell
Hablé bastante sobre este libro en un newsletter anterior. Después de varios años leyendo mucho sobre gestión del tiempo, productividad y “deep work”, leer a Odell fue refrescante. Me aportó una mirada diametralmente opuesta del asunto, me obligó a parar y pensar distinto, me acompañó a frenar.
Creo que si no hubiera leído este libro quizás nunca me hubiera podido habilitarme verdaderamente la pausa que necesitaba para mirarme y descubrir mi neurodivergencia. Bueno, no sé si darle tanto mérito, pero sin dudas fue una de las fuentes que este año me ayudó a repensar mi relación con el tiempo, la productividad, la hiperexigencia, el descanso, la ansiedad.
9. Animal de invierno, de José Watanabe
Para cerrar el año, mi amiga Mariana D, que forma parte de la bellísima editorial argentina Bajo la luna, me mandó un paquete con libros INCREÍBLES de su editorial, que estoy saboreando de a poquito como una caja de bombones. Uno de los primeros que leí fue este del escritor peruano José Watanabe. ¡Qué hermosura!
10. Roald Dahl: TODO.
Con mi hija este año leímos todo lo que encontramos de Roald Dahl. ¡Qué escritor increíble! Es de esos autores que no subestiman nada al lector por ser pequeño, que logran volver verosímiles las cosas más ridículas, que construyen universos maravillosos, truculentos, fantásticos, llenos de magia real -e inventada-, que ponen de protagonistas a los niñxs como seres poderosos, vengativos, inteligentes, brutales, y que se ríen de todo y de todos. Pondría en este club a Astrid Lindgren, a J.K. Rowling, a María Elena Walsh, a Elsa Bornemann, entre otros.
Según mi hija, los mejores fueron: James y el durazno gigante, Matilda, La maravillosa medicina de Jorge, Agus Trot, Danny y el campeón del mundo y Las brujas, pero yo creo que no hay libros mejores de él, son todos muy geniales y los recomiendo a todos, por distintos motivos.
Yapa: El documental A los libros y a las mujeres canto, de María Elorza
Un documental poético y hermoso sobre la lectura, el amor por los libros, las mujeres, las bibliotecas. Está en Filmin.
Acá, mi “reading challenge” 2023 completo, en Goodreads, donde voy poniendo lo que leo todos los años, por si querés chusmear y comentar.
¿Que fue lo mejor que leíste este año? ¡Quiero saber!
Mi objetivo de lectura de 2024 todavía está por verse, pero quiero leer mucho y muy variado. ¿Qué me recomendás?
Un abrazo enorme y gracias por estar ahí,
Bar
Ay! Roald Dahl es un amigo más en esta casa, ¡que ilusión me hizo saber que les hemos leído a nuestras criaturas lo mismo en algún momento! Me
Hace ilusión siempre ver las lecturas de las personas que me inspiran, obvio las tuyas me vuelven loca. Gracias por la generosidad siempre.
Este es el año que menos he leído de toda mi vida, me atrevo a decir sin saber del todo si es cierto. No he tenido el tiempo, el espacio, pero especialmente no he tenido la cordura. Para este nuevo año tengo un plan, ojalá pueda llevarlo a cabo.
Eso si, dos de los que han marcado mi año han sido: Mirar y pensar la belleza de Françoise Cheng y El valor de la Atencion de Johann Hari.
Te abrazo infinito!
Hola, Bárbara. Qué gusto conocer tus lecturas del año. Tomé nota de varios que me engancharon con el título y, por supuesto, con la experiencia que compartes sobre ellos. Me sorprende mucho la cantidad de libros que leíste, wao! 😍 De mis lecturas del 2023 hay dos que recomiendo mucho, “el verano que mi madre tuvo los ojos verdes” de Tatiana Tibuleac y “el peligro de estar cuerda” de Rosa Montero. Te pueden gustar mucho (si aún no los has ojeado). Abrazos desee Colombia 🇨🇴